Cortos de 1911.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Un periodico que hacia de "ventana a europa".


Hace 80 años salieron a la calle los primeros ejemplares del diario Moskóvskie Novosti (Novedades de Moscú). Fue fundado en 1930 bajo el nombre inglés de Moscow Daily News. La Internacional Comunista todavía existía, los ciudadanos soviéticos albergaban en lo más profundo de sus corazones la esperanza de que se produjera una Revolución mundial y las fuerzas de izquierda de los países occidentales creían que la URSS estaba abriendo el camino hacia un futuro feliz.

El diario, creado por la Sociedad para el Fomento de los Vínculos Culturales con el Extranjero, estaba en principio destinado precisamente a estas fuerzas de izquierdas. Su fundadora fue una periodista estadounidense.


Después llegaron los tiempos en los que todo tipo de vínculos que mantuvieran los ciudadanos soviéticos con el exterior estaban muy mal vistos. Los contactos culturales no eran ninguna excepción. En 1949, la aventura del Moscow Daily News terminó como una víctima más de la llamada “lucha contra el cosmopolitismo”. El Redactor Jefe, Mijail Borodin, miembro del Partido Obrero Socialdemócrata Ruso (bolchevique) desde 1903, fue involucrado en las investigaciones del caso del Comité Judío Antifascista y murió en un campo de concentración o en prisión. La fecha exacta de su muerte se desconoce.


El periódico con un nombre tan extranjero, por supuesto, fue enseguida cerrado. Y parece también muy natural su renacimiento en la época de Jruschov, en 1956.


Nosotros, los alumnos del colegio bilingüe ruso-inglés de finales de los 60 y comienzos de los 70, desconocíamos todos estos detalles históricos. The Moscow News, que se editaba a la sazón dos veces a la semana (por lo que la palabra “daily” fue suprimida), nos servían para el aprendizaje del inglés. Así lo hacían muchos colegiales soviéticos, sólo que algunos, los que estudiaban francés, acudían al periódico gemelo de Les Nouvelles de Moscou.


Estas dos ediciones, en primer lugar la versión inglesa, sirvieron para la gente de mi generación como una suerte de “ventana abierta a Europa”. La mayoría de los adolescentes soviéticos simplemente no tenía otra posibilidad de conocer el inglés moderno.


En algunos colegios -y era el colmo del lujo- se leía el periódico comunista británico The Morning Star. Pasaba, sin embargo, que no era muy apropiado para el nivel inicial de inglés y los niños de unos 10 ó 12 años se veían enterrados por la avalancha de conceptos, palabras y expresiones incomprensibles. Estábamos literalmente -lo recuerdo con nitidez- buceando en un mar de cosas desconocidas.


Era una inmersión total y absoluta. Nuestros profesores, ciudadanos de la URSS de toda la vida, eran incapaces de orientarnos, ya que ellos mismos desconocían los conceptos de la cotidianidad inglesa que invadían las páginas del The Morning Star. Con semejante aprendizaje forzado lo único que se conseguía era una fortísima aversión al inglés.


The Moscow News, por el contrario, era un perfecto programa formativo, hablando con el lenguaje moderno. En los artículos se hablaba de cosas y acontecimientos familiares, cualquiera de los cuales podría haber aparecido en un periódico soviético. La ideología poco importaba: se podía ampliar el vocabulario y aclararse con la gramática y para este objetivo valían de igual manera una noticia sobre el Teatro Bolshói o una sobre un Congreso del Partido.


Pero no era todo: el periódico no dejaba de publicar relatos cortos y novelas de escritores ingleses y estadounidenses contemporáneos. Se publicaban por entregas, con comentarios y notas, pero en su versión original.


Aquello ya era un contacto directo con la lengua literaria inglesa viva. Las publicaciones iban destinadas a los alumnos de los últimos años del colegio y las solíamos disfrutar enormemente. Recuerdo, por ejemplo, haber leído por primera vez la novela de Arthur Hailey “Wheels”, incluso antes de que fuera traducida al ruso.


También se publicaban obras clásicas, en el mejor sentido de la palabra: los relatos de Jack London, entre otras cosas. El periódico nos hacía a la vez de libro de texto y de un útil complemento de las clases, llegando a menudo sustituirlas. Por desgracia, no todos nuestros profesores hablaban un inglés tan puro y perfecto, como los estrictamente seleccionados autores del The Moscow News.


Después, con la perestroika, la versión inglesa fue con creces superada en popularidad por una versión en ruso, bajo el encabezamiento de Moskóvskie Novosti. Sin embargo, después de la desintegración de la URSS, el periódico no sobrevivió a una época difícil. Las redacciones en lenguas extranjeras fueron cerradas antes. En los últimos años parecen estar renaciendo poco a poco: en 2009, los lectores volvieron a apreciar la versión inglesa editada por la Agencia rusa de Información Internacional (“RIA Novosti”), heredera de la Agencia de Prensa Novosti (APN) que editaba The Moscow News en la época soviética.


Sería un bonito comienzo de una nueva historia. No obstante, la gente de mi generación nunca olvidará uno de los más importantes periódicos de su juventud que ampliaba nuestro conocimiento del mundo que nos rodeaba.

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